Límites con estructura y calidez
- Gabriela Philibert
- 14 feb 2022
- 1 Min. de lectura
La disciplina positiva es constructiva, alentadora, amorosa y está basada en el respeto mutuo. Hace énfasis en un balance de firmeza y cordialidad, donde ser amable muestra respeto al otro y, al ser firme, mantengo el respeto que me tengo a mí.
A los niños tratados con severidad y castigos se les invita a la sumisión o a la rebeldía. Por otro lado, la falta de límites comunica incertidumbre y falta de protección.
Al poner un límite hay que tener un equilibrio entre la firmeza y la amabilidad, proporcionando estructura y calidez.

ESTRUCTURA: Proporcionar estructura significa utilizar un método disciplinario con directrices claras de comportamiento, que fomente la responsabilidad individual y social. Los límites son la manera en que los padres ofrecen una estructura, les provee un marco de seguridad y tranquilidad.
CALIDEZ: Proporcionar calidez significa utilizar un método disciplinario que proporcione seguridad emocional, confianza y respeto.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que los límites deben evitar tener es amenazas, castigos, prohibiciones constantes o agresión. Deben de tener en cuenta la seguridad de los niños sin limitarlos a que aprendan de las consecuencias de sus actos.
Los límites deben de tener en cuenta las necesidades de los niños y ser respetuosos con ellos.
Busquemos poner los límites en positivo, evitando el “no” y enfocándonos en la conducta positiva que buscamos. Explicar el por qué de un límite también ayuda a que los niños entiendan la razón y desarrollen valores internos de conducta.
Los límites son una manera de acompañar a nuestros hijos a crecer de manera constructiva.
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